Raúl González no pudo comparecer ante los medios de comunicación en la rueda de prensa habitual tras el partido ante el Eldense por motivos de seguridad. Una vez que terminó la vuelta de la final del ascenso a Segunda entre el conjunto alicantino y el Real Madrid Castilla, los aficionados locales invadieron el Nuevo Pepico Amat, provocando que los jugadores del filial madridista y su cuerpo técnico tuvieran que abandonar a toda prisa el césped y, posteriormente, que el entrenador del conjunto blanco no pudiera comparecer en rueda de prensa.
La proximidad de los vestuarios, zonas mixtas y sala de prensa del estadio del Eldense con el terreno de juego, en el que miles de aficionados celebraban el ascenso logrado por los alicantinos, provocó la suspensión de la rueda de prensa de Raúl. Al club blanco se le transmitió desde la Federación que no se podía garantizar la seguridad del staff madridista en rueda de prensa, desaconsejando la celebración de la comparecencia del técnico al término del partido.
El Castilla buscaba regresar a Segunda División después de nueve años en la antigua Segunda B y en Primera Federación. Lo tuvo en su mano en un agónico partido en el que el Eldense terminó forzando la prórroga y, en ella, con el 2-3 para los blancos, volvió a empatar el encuentro, dejando una temporada más a los blancos en la categoría de bronce. En un tramo final en el que saltaron chispas, la afición invadió el campo para celebrar el ascenso de los suyos al fútbol profesional.
El conjunto blanco sabía que se exponía a un encuentro más que complicado, puesto que la afición iba a crear una caldera en el Nuevo Pepico Amat de Elda, en el que ningún equipo había ganado esta temporada. De hecho, a su salida del hotel, ya pudieron comprobar cómo iba a apretar la hinchada del conjunto local, recibiendo insultos al subirse al autobús.
